CUANDO TE LEVANTAS CON EL MAÑANERO, PERO A ELLA LE DUELE LA CABEZA
Te despiertas, es de día, y sientes la cara hinchada. Miras por debajo de las cobijas sólo para confirmar que estás desnuda y ni quieres mirarte al espejo pues con seguridad la pestañina ha hecho sus estragos. No sabes cómo levantarte y salir corriendo sin que él se dé cuenta. Sin embargo, tan pronto te mueves, él te abraza por detrás y sientes algo duro al nivel del coxis. Estás atrapada